La Consejería de Desarrollo Sostenible va a articular 9,5 millones de euros para recuperar 3.900 hectáreas de ecosistemas forestales pertenecientes a la Red Natura 2000 en las cinco provincias de Castilla-La Mancha, de las cuales 1.424 hectáreas son de montes públicos y 2.500 pertenecen a ayuntamientos.
Así lo ha adelantado en rueda de prensa el consejero del ramo, José Luis Escudero, acompañado por el director general de Medio Natural y Diversidad, Félix Romero, quienes han destacado que las tareas de recuperación comenzarán en 2023 y se prolongarán hasta 2026, con encargo a Geacam, que gestionará las distintas licitaciones con el fin de que el sector forestal de la región se pueda beneficiar de esta inversión.
El objetivo es mejorar la gestión forestales en la región y contribuir a recuperar estos ecosistemas, pues «más o menos el 45% de superficie no es forestal».
Forma parte del paquete de financiación del plan de recuperación y resiliencia con cargo al mecanismo europeo, enmarcado dentro de la estrategia en apoyo al sector forestal.
Otro de los puntos importantes que ha destacado Escudero es que la Consejería está a punto de obtener la certificación en casi 100.000 hectáreas forestales en la región, en montes de utilidad pública. Además, ha destacado que cada vez más propietarios privados se suman para que las masas sean certificadas, con el objetivo de que la región sea líder en gestión forestal sostenible.
POR PROVINCIAS
Por provincias, a Albacete le corresponden 615 hectáreas con una inversión de 1,7 millones, a Ciudad Real 912 hectáreas con 1,6 millones,
a Cuenca 857 hectáreas con una inversión de 2,3 millones, a Guadalajara 918 hectáreas con una inversión de 2,1 millones y Toledo 1,5 millones que se reflejarán en 620 hectáreas.
Se realizarán tareas de saneamiento para fomentar la biodiversidad, tratamientos selvícolas, plantaciones de masas forestales, retirada de especies alóctonas o introducción de especies para fomentar la resistencia ante adversidades.
Entre las especies que se retirarán destacan algunas como cipreses o arizónicas y de las que se van a introducir, alcornocales o algunos pinares, que no son tan sensibles al déficit hídrico y a los vaivenes de precipitaciones.
Se persigue además seguir invirtiendo en la economía de zonas rurales, fijar población o crear oportunidades ligadas a la gestión forestal así como fomentar empleo verde de calidad, ligado a la formación, para aquellas personas que se quieran sumar a este ámbito.
Así, se busca mitigar los efectos del cambio climático, mejorar la adaptación de especies que se ubican en las masas forestales, establecer distintas medidas preventivas para evitar la degradación de bosques o la selvicultura de restauración.