Este fin de semana, en la madrugada del sábado 30 al domingo 31 de marzo de 2024, tendrá lugar el primer cambio de hora del año en España. A las 2:00 de la madrugada, los relojes se adelantarán una hora, pasando a ser las 3:00. Este ajuste, conocido como el cambio al horario de verano, se realiza con el objetivo de aprovechar mejor la luz solar y reducir el consumo de electricidad en iluminación.
Sin embargo, este cambio de hora no solo afecta a nuestros relojes y rutinas diarias, sino que también puede tener un impacto en nuestra factura de la luz. Durante los meses de primavera y verano, cuando la producción de energía es mayor debido a la abundancia de luz solar, contar con una comercializadora que ofrezca luz a precio de coste puede suponer un ahorro significativo en la factura eléctrica.
Las comercializadoras que ofrecen tarifas a precio de coste repercuten directamente el precio de la energía en el mercado mayorista a sus clientes, sin añadir márgenes de beneficio adicionales. Esto significa que, durante los meses de mayor producción de energía renovable, como la solar, los consumidores pueden beneficiarse de precios más bajos en su factura de la luz.
Además, el cambio de hora al horario de verano permite aprovechar mejor las horas de luz natural, lo que puede traducirse en una menor necesidad de iluminación artificial en hogares y empresas. Esto, a su vez, contribuye a reducir el consumo de electricidad y, por ende, el importe de la factura eléctrica.
Es importante destacar que el cambio de hora no es un fenómeno nuevo en España. Desde 1974, durante la primera crisis del petróleo, muchos países comenzaron a adoptar esta medida para ahorrar energía. Actualmente, más de 1.600 millones de personas en casi 80 países ajustan sus relojes dos veces al año con este propósito.
Sin embargo, la situación de España es peculiar en cuanto a su huso horario. A pesar de estar situada en el extremo de Europa occidental, el país tiene el horario de Europa central desde 1940, cuando el régimen de Franco decidió añadir una hora más para coincidir con la Italia fascista y la Alemania nazi. Este hecho ha generado un debate recurrente sobre si España debería volver al huso horario que le corresponde geográficamente, el de Europa occidental.
Más allá de este debate, es innegable que el cambio de hora y la elección de una comercializadora que ofrezca tarifas a precio de coste pueden contribuir a un ahorro significativo en la factura de la luz durante los meses de primavera y verano. Los consumidores que opten por estas tarifas podrán beneficiarse de los precios más bajos del mercado mayorista, especialmente durante las horas de mayor producción de energía renovable.
En conclusión, el cambio de hora al horario de verano no solo nos permite aprovechar mejor la luz solar y adaptar nuestras rutinas, sino que también puede tener un impacto positivo en nuestra factura de la luz. Al contar con una comercializadora que ofrezca tarifas a precio de coste, los consumidores pueden ahorrar en su factura eléctrica durante los meses de primavera y verano, cuando la producción de energía renovable es mayor. Mientras el debate sobre el huso horario de España continúa, los consumidores pueden tomar medidas para optimizar su consumo eléctrico y reducir el importe de su factura de la luz.