La Fundación Franz Weber solicitará a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha la suspensión de los encierros camperos, después de que un toro lograra escapar durante una de estas celebraciones en Cañete (Cuenca) y alcanzara la carretera nacional N-420, poniendo en riesgo a los conductores y a la población.
El suceso, que quedó registrado en un vídeo difundido masivamente en redes sociales, ha reavivado el debate sobre la seguridad de este tipo de festejos. Para la ONG, estos eventos carecen de un interés público real y suponen un riesgo evidente tanto para los participantes como para la ciudadanía en general, por lo que deberían cancelarse en futuras ediciones.
Los naturalistas recuerdan que en 2024 se registraron al menos tres fallecidos en encierros y varias personas resultaron heridas de diversa consideración, requiriendo traslados hospitalarios y la movilización de recursos públicos. Entre las víctimas del pasado año se encontraba una niña de 7 años en Pantoja (Toledo), que sufrió lesiones durante la huida de uno de los toros.
La organización insiste en que lleva más de un año advirtiendo sobre los peligros de estos festejos y sobre la necesidad de que los Ayuntamientos y el Gobierno autonómico asuman responsabilidades civiles y penales, ya que autorizan las medidas de seguridad y los protocolos de actuación.
El incidente en Cañete coincide con la revisión que el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas realiza a España en materia de protección de la infancia. En este marco, la Fundación Franz Weber ha denunciado la exposición de niñas, niños y adolescentes a la tauromaquia, en contextos que pueden poner en riesgo su salud e integridad.
Ante esta situación, la ONG reclama a la Junta de Castilla-La Mancha la adopción de medidas inmediatas: prohibir la participación y el acceso de menores a estos eventos y decretar la suspensión definitiva de los encierros camperos, al considerar que no garantizan la seguridad y generan contextos de alto riesgo tanto para los asistentes como para terceros ajenos a la celebración, como pudo comprobarse en la N-420.
