La Revuelta de la España Vaciada ha concluido este domingo su VII Asamblea General, celebrada durante el fin de semana en Molina de Aragón con la participación de representantes de plataformas rurales de numerosas provincias. La cita, que ha coincidido con el fin de semana del Día del Orgullo Rural, reforzó una posición compartida: la necesidad de responder de forma coordinada al abandono institucional, la despoblación y a lo que el movimiento define como nuevas formas de agresión al medio rural.
El encuentro, heredero de la movilización masiva de 2019 en Madrid, sirvió para radiografiar la situación actual del campo y consensuar líneas estratégicas de acción para 2026. Además, se estrechó la colaboración con colectivos surgidos en los últimos años en torno al recién constituido movimiento social “Salvemos el mundo rural agredido”, al que se han sumado plataformas como Aliente, Stop Ganadería Industrial, Abrazo al Agua, agrupaciones de Stop Biogás, colectivos contrarios a proyectos mineros de alto impacto y defensores del ferrocarril convencional y de los servicios públicos —desde el transporte a la sanidad rural—.
Uno de los debates centrales giró en torno al acceso a la vivienda. Las plataformas remarcaron que la ausencia de un parque público realista, el abandono del existente y determinados procesos especulativos siguen impidiendo que la población joven pueda asentarse en sus pueblos. El diagnóstico compartido es claro: sin vivienda disponible, asequible y adaptada a las particularidades del entorno rural, no hay arraigo posible. La asamblea defendió medidas que hagan la vivienda en estas comarcas más competitiva, tanto para retener a los habitantes actuales como para atraer nuevos pobladores, aprovechando las ventajas diferenciales del medio rural.
El otro gran bloque de discusión estuvo dedicado al despliegue de energías renovables sin planificación. Para la mayoría de las plataformas, se trata de la principal presión que sufre hoy el territorio: citaron macropolígonos fotovoltaicos que ocupan miles de hectáreas productivas y parques eólicos emplazados en paisajes emblemáticos, con un impacto que —señalan— podría evitarse con comunidades energéticas y ordenación previa. En la misma línea, se advirtió del avance de proyectos de biogás y macrogranjas, asociados a contaminación de suelos y aguas y a pérdida de biodiversidad. Las plataformas recordaron que estos riesgos han sido documentados por entidades científicas y divulgadores ambientales, con referencias a trabajos de expertos del CSIC en los últimos años.
La prevención y gestión de incendios volvió a situarse entre las prioridades. La Revuelta denunció que el abandono del monte, la acumulación de combustible y la falta de medios materiales y humanos elevan la vulnerabilidad de comarcas enteras cada verano. Las consecuencias, recalcaron, son devastadoras para territorios con gran riqueza natural pero escasas herramientas para afrontar emergencias de gran escala.
En el plano institucional, la asamblea acordó vigilar la tramitación y aplicación de las leyes que afectan al medio rural y a la despoblación, desde la normativa de Castilla-La Mancha hasta el Plan de 130 medidas frente al reto demográfico del MITECO. En este punto, las plataformas pusieron el foco en las recomendaciones del Tribunal de Cuentas, que tras evaluar el plan pidió rediseñar la estrategia de empleo de los fondos presupuestados para ganar eficacia.
La reunión en Molina de Aragón se cerró con un mensaje de unidad y coordinación nacional. Para la Revuelta de la España Vaciada, articular respuestas comunes y sostener una agenda compartida es la única vía para frenar el deterioro del territorio y construir un futuro digno para las comarcas que resisten a la pérdida de población y servicios. Con esta VII Asamblea, el movimiento reafirma su compromiso con la defensa del mundo rural, reclamando diálogo real con las administraciones y planificación para que la transición ecológica y las políticas públicas sumen en lugar de restar oportunidades a las zonas más despobladas.
